Reseña. RED 2, los espías viejos.

‘RED 2″ es la secuela de «RED», la película de acción que sigue a Frank Morris (Bruce Willis) un agente de la CIA retirado y extremadamente peligroso (Retire and Extremely Dangerous), quien trata de vivir una vida tranquila con su novia Sarah (Mary-Louise Parker), hasta que el loco de Marvin (John Malkovich), su mejor amigo y otro agente retirado, le avisa que algo no anda bien y los están buscando.   «RED 2» es un poco más de los mismo que su antecesora «RED», a diferencia de que carece de la originalidad y frescura que nos conquistó en 2010.  El film es para fanáticos y probablemente no generé nuevos adeptos, lo mejor es volver a ver a todos los personajes que vimos en la primera (los que sobrevivieron por supuesto), sobretodo a Helen Mirren y John Malkovich, ya que los personajes nuevos carecen de ese algo que nos conquistó.

«RED 2» es lo que se conoce como «fan service» o «sólo para fanáticos», nos muestra más de los mismo que adoramos (eso lo hace muy bien) y trata de agregar nuevos elementos (eso no lo hace tan bien). Ver a todos los personajes de «RED», es como ver a viejos amigos que no habíamos visto en mucho tiempo y que sabemos de lo que son capaces. Frank (Willis) quiere tener una vida tranquila, mientras que Sarah (Mary-Louise Parker) quiere aventura en su romance; Marvin (Malkovich) sigue estando loco; Victoria (Mirren) aporta elegancia al arte de matar gente; e Ivan (Brian Cox) sigue locamente enamorado de Victoria. El film tiene buenos momentos de acción y de comedia, aunque aquellos en que Sarah trata de hacer cosas de espía no me convencen.

El lado negativo es que no logra darnos nada nuevo, Anthony Hopkins y Catherine Zeta-Jones no brillan en pantalla con los nuevos personajes (y eso hablando sólo de los actores con más fama). Hopkins tiene muchos años haciendo el mismo personaje en sus películas, mientras que Catherine últimamente (excepto en «Side Effects») no ha tenido aciertos. Sólo tal vez el actor surcoreano Byung-hung Lee (Storm Shadow de G. I. Joe) se salva un poco, al agregar algo de artes marciales a la fórmula.

Para esta secuela se cambió de director (eso podría explicar un poco las cosas). Dean Parisot sustituyó a Robert Schwentke, quien se fue a hacer RIPD (en el pecado lleva la penitencia) y sigue la senda del primero sin aportar demasiado.

En resumen una película divertida y entretenida si uno es fanático de lo que parece que ahora será una franquicia (no dudo que haya una tercera), pero que no nos aporta demasiado, salvo un rato de entretenimiento.